Revolucionarios de Jesucristo, teocráticos, hermanos y hermanas:
Hace algunos años atrás compartimos una fe, una causa valores e ideales que nos hicieron trabajar juntos por lo que creímos y creemos hasta hoy con entrega y pasión radical, y con la que fundamos de la nada un legado imperecedero que, aunque no alcancemos a dimensionar, está aquí y vive cada día en cada uno de nosotros.
La memoria habla de nuestras proezas y deseo de cambiar el mundo, las aventuras y esfuerzos unidos que mano a mano emprendimos en muchas calles, pueblos, ciudades y países. Son miles las hazañas, anécdotas, historias, recuerdos y huellas que pueden dar cuenta de ese tiempo. Sin embargo, más que la memoria, nosotros mismos somos mejores testigos, y los afectos que nos tengamos, aunque para algunos la vigencia de la fe y la vida nos hubiere llevado por rumbos diversos. Independiente de las razones o circunstancias de cada uno haya tomado, todo lo que hicimos o seguimos haciendo fue y es con corazón puro. Hoy que ya todos somos adultos y dueños de nuestras decisiones, nada ni nadie nos quitará lo vivido; desde la perspectiva que lo miremos, tenemos un pasado común, que nada ni nadie podrá borrar hasta que se cumpla el ciclo natural de esta vida.
Después de tantos años vuelvo a hablar a vuestros corazones sin ningún otro ánimo más que no sea volver a sentir juntos lo que vivimos en nuestra juventud y la fuerza de nuestra unión que nos hizo ver lo invisible y realizar lo imposible. Lo que ha remecido mi corazón y me ha hecho revivir todas estas cosas que me parecían sólo recuerdos, ha sido un hermano y amigo nuestro, Marcelo Medel, que fuera incansable en su entrega tocando su guitarra y evangelizando en cada ciudad y lugar que estuvo. Con su carácter apacible, alegre, con alma de niño, él está necesitado de nuestro apoyo comprometido y fuerte como era en los “viejos tiempos”, luego de haber estado a punto de morir por un derrame cerebral repentino que le afectó el 15 de diciembre pasado*. El apoyo con oraciones y visitas le ha llegado desde distintas partes, principalmente de hermanos que vivieron con él la causa de Jesucristo y que le conocen tanto a él como a su esposa, Cecilia Silva, otra incansable compañera. Gracias a Dios su evolución ha sido lenta pero favorable y se prevé que estará internado y en tratamiento al menos hasta abril próximo. No obstante, superar las consecuencias de este evento requerirían de más tiempo, a fin de que a futuro pueda retomar sus labores de esposo, padre y sostenedor de su hogar que quedaron repentinamente detenidas por este golpe. En ese contexto, la necesidad de apoyo principalmente financiero y también anímico a este querido hermano se hace patente, por lo cual el respaldo que cada uno de nosotros podamos proporcionarle será fundamental, con el cual demostraremos una vez más que estamos ligados por algo que escapa aun a nuestros propios deseos y que Jesucristo lo expreso como “ama a tu prójimo como te amas a ti mismo”.
Quién sabe si este evento que vive Marcelo y su familia nos ayude a todos nosotros a creer más en el amor, la amistad libre, sincera, sin rencores y en el vínculo que, aunque invisible a nuestros ojos, siempre existirá entre nosotros más allá del tiempo. Pido frente a esta situación que levantemos bandera y vistamos ropas de hombres y mujeres nobles, acudiendo a socorrer a nuestro hermano y amigo, haciendo llegar un aporte de nobleza que podemos dirigir confiadamente a través de una cuenta RUT del BancoEstado, N° 9.201.738-9, a nombre de Cecilia Silva Ogalde. Hermano, hermana, amigos, Marcelo y su familia y Aquel que está sobre todos los pueblos te lo agradecerá. Nunca olvidemos lo que somos, lo que sentimos y ocurre cuando nuestros corazones se unen por una causa, por un hermano.
Agradeciendo a nombre de Marcelo Medel Rubio, deseando que sus vidas sigan prosperando y con el afecto de siempre, fraternalmente,
* Marcelo se encuentra actualmente internado en Medicina Física, 5° piso, Sala E 528, Hospital Clínico de la U. de Chile, Av. Santos Dumont 999, Independencia. Recibe visitas de 12 a 13.30 y 17 a 19 horas, preguntando por René Marcelo Medel Rubio. Acompañarle unos minutos es de gran beneficio para él en esta etapa.